Su apellido significa, en idish, piedra de oro. Y dado que Betina Goldstein, más allá de ser una de las celebridades en nail art es diseñadora de joyas para uñas, parecería no casual.

Lo cierto es que desde su usina creadora en Los Ángeles, Goldstein impregna sus redes sociales y tapas de revistas con las últimas tendencias en manicuría. Y hoy todo indica que la onda es volver a la naturaleza: la suma de uñas cortas, sin acrílicos y diseños de muy buen gusto pero minimalistas y sutiles.

Ella dice que descubrió que la manicuría era su gran pasión de casualidad. Antes, había trabajado en televisión para NBC, MTV y Food Network, una productora de desfiles de moda. Pero un día, en la previa de un desfile importantísimo, la maquilladora y manicurista de la productora en la que trabajaba se retiró ines- peradamente y fue ella, sin ser profesional, quién sacó adelante el desfile. Ese día marcó un antes y después.

En este “Mundo Goldstein” que creó hay mucho espacio para preservar la naturaleza y la salud de las uñas. “En mi opinión, las uñas más bonitas son uñas sanas. Ya sean largas o cortas. Esa es siempre mi prioridad. No me gusta la cantidad de toxinas que absorben las uñas durante el proceso de eliminación de gel o acrílico”, dice.