Entrevista: Antonio Bellver

DIBUJANTE DE CABEZAS

El gran artista peluquero Antonio Bellver volvió a la Argentina y le hicimos algunas preguntas.

De chico, entre jugar a la pelota y sentarse en la esquina con sus amigos Antonio Bellver descubrió que podía ganarse unos pesos trabajando como peluquero junto a un amigo de su padre. Así fue, como tantos otros, como comenzó este original peluquero catalán que luego abrió su propio camino como sólo él podía hacerlo.

En el pasado mes de julio Antonio Bellver, radicado actualmente en México volvió a visitar la Argentina, invitado por Modalité y la firma CAV Style and Care, para exponer su arte y su forma de trabajar ante grandes y pequeños grupos de peluqueros que quedaron boquiabiertos.

¿Cómo se percibe la peluquería argentina desde México y España? ¿Cuáles son los puntos en común y las diferencias?

Hoy en día no hay grandes diferencias entre todos los países. Cada vez existe más que suficiente información, ya sea a través de revistas o redes sociales, para poder estar siempre al día y conocer cualquier novedad que surja desde cualquier parte del mundo.

¿Cómo es el camino que lleva desde el brote de inspiración hasta la realización de la colección?

Yo la inspiración la concibo a través del diseño. En mi caso concreto antes de crear una colección, busco lo que quiero transmitir en bocetos. Así como, también, cuando realizo un show o un seminario, diseñando me surgen muchas ideas.

¿Cuáles son las claves para mantener despierta la creatividad y no aburrirse en el salón haciendo siempre lo mismo?

No solo hay que trabajar en el salón, si no en crearse expectativas, aprender a diseñar, a fotografiar, acudir a cursos, rodearse de colaboradores y conseguir tener una clientela que nos divierta. Por esto siempre digo que “cada peluquero tiene los clientes que se merece”.

En la actual era de la información, ¿la clienta le exige más al peluquero?

Creo que vivimos en una era diferencial por la gran cantidad de información que recibimos. Pero, yo diría que siempre las clientas nos han exigido, antes asistían con mucha frecuencia al salón y querían cambiar continuamente, sobre todo de peinado. Antiguamente era mucho más complicado trabajar en un salón.

Hace algunos años hiciste una comparación entre la popularidad que ganó la alta cocina en comparación a cómo está situada socialmente hoy la peluquería ¿hoy nuestra profesión está mejor, peor o igual?

No tenemos ya nada que hacer para competir con los cocineros, tanto aquí en México, como en España y me imagino que en Argentina. Ellos son los más mediáticos y populares, siempre están en televisión y tienen solamente dos o tres listas de premios: la guía Michelin, la San Peregrino y los restaurantes más caros están siempre súper llenos. Hoy en día da status cenar o comer en los restaurantes con más estrellas y premios. Mi hijo está desde hace más cinco años en los 50 mejores de todo el mundo y quinto de Latinoamérica, siempre con lista de espera. Ahora bien, con una exigencia increíble, nosotros, los peluqueros estamos más baratos y menos populares. Como te he dicho anteriormente no tiene color, hemos perdido la batalla. El motivo principal: la educación y la superación que se exigen ellos cada día están mejor preparados y perfeccionados.

Ya que has recorrido innumerables países con la profesión ¿qué es lo que sentís que comparten peluqueros de países de culturas muy diferentes?

Creo que los peluqueros son iguales en todas partes, de allá de aquí, de aquí a allá. Son apasionados, gente encantadora, pero les cuesta poner en práctica todo lo que les entusiasma. A ratos van a cursos, a veces no muy interesantes, pero a la mañana siguiente no se acuerdan de nada y vuelven con los mismo vicios.

Alguna vez has dicho que los peluqueros mejicanos cobran muy bien sus trabajos, incluso más que en España ¿cómo logran eso profesionales que, a su vez, has dicho también que no tienen una autoestima muy alta?

Es cierto que aquí las mujeres se arreglan más y dan buena propina. El 15 por ciento es casi una obligación y los precios son caros. También, hay salones baratos pero la gente de nivel los ignora. Eso hace que los peluqueros se vuelvan algo divos y, añádelo a esto a la falta de cultura y educación, ahí tienes la respuesta.

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