Barberías: un clásico renovado

Planear la instalación de un salón masculino no es una idea alocada. Aún para estos tiempos que corren. Tiempos que parecen marcar una tendencia irreversible al unisex. Y esto no sólo porque hombres y mujeres compartan espacios físicos sino, también, porque algunas modas unifican a ambos sexos a partir de cortes similares.

No obstante, el salón masculino no es un concepto caduco sino que regresa enriquecido con un incremento de servicios que antes el cliente varón no demandaba. Esto lleva a unificar dos términos que parecen contrapuestos por historia pero que juegan perfectamente bien a juzgar por las experiencias europeas y estadounidenses: la barbería spa. Un nombre que combina lo clásico con el confort, el bienestar y la innovación.

Ya se ha hablado demasiado de los nuevos hábitos de cuidado personal entre los varones. Y no se trata, por cierto, del remanido concepto de metrosexual sino de una nueva valoración de la estética pero, también del confort y del cuidado de la salud.

Por su parte, las barberías están instaladas en el imaginario como un lugar masculino por excelencia. Y si bien tienen una reminiscencia clásica, hoy se las puede dotar de nuevos servicios que hacen a las nuevas tendencias cosmetológicas del varón.

¿Por qué atraen las barberías?
En primer lugar, tienen un toque clásico y masculino. Si a eso se le suman servicios propios de spa tales como masajes relajantes, tratamientos capilares contra la caída del cabello, limpiezas faciales, hidratación después del afeitado, manicuría y pedicuría, ese atractivo deja de ser sólo emotivo para también ser sumamente funcional.

Esto hace que se abra paso un nuevo estilo de barberías donde el hombre accede a un amplio portafolio de servicios, que tienen como eje tradicional el corte, el peinado y la afeitada con brocha y toalla caliente. Pero que no se quedan allí…

Londres, Chicago, Nueva York, Madrid y Barcelona son algunas de las ciudades donde comenzaron a resurgir las barberías con esta onda spa. Y su éxito no se debe sólo al afán de coquetería de este hombre nuevo sino también a la necesidad de verse bien a la hora de encontrar o renovar su empleo.

El mejor local
Como se sabe, no cualquier local se presta para la instalación de una barbería spa ya que ésta requiere, al menos, de 80 m2 en donde se debe distribuir: una pequeña recepción, una zona de trabajo, un espacio para lavado de cabello y la parte de spa, propiamente dicha. Por supuesto que debe contar con una instalación hidrosanitaria adecuada a las necesidades del salón, un baño, un vestidor y un sector de depósito para insumos y artículos de limpieza.

Carta de servicios
Mientras que una barbería tradicional ofrece servicio de peluquería y rasurado, diseño y corte de barba y bigote, una barbería spa debe proponer también la realización de masajes, tratamientos faciales, tratamientos capilares, entre otros.

Y estos servicios, a su vez, deben estar orientados a las distintas edades de la potencial clientela. Por ejemplo, hay que tener en cuenta que el hombre de más de 30 años demanda tratamientos para combatir la calvicie y para retrasar la aparición de las primeras líneas de expresión, los hombres más jóvenes se inclinan por los tratamientos faciales para eliminar las impurezas de la piel, mientras los deportistas por los masajes antiestrés.

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