Christophe Gaillet / Cada peinado cuenta una historia

Francés por donde se lo mire, la peluquería de Christophe Gaillet es pura inspiración y expresividad.

En esta entrevista nos cuenta su historia pero también por qué es tan exigente a la hora de reclamar una sólida formación técnica.

Artista. De eso no cabe ninguna duda. Artista que hace del pelo su materia expresiva. Mezcla al cabello en el aire y juega con la ley de gravedad para producir obras desafiantes. Sus manos se mueven y componen formas y figuras que valen más que mil imágenes o más que un millón de palabras.
Christophe Gaillet es presente en estado puro. Pero ¿cómo es su manera de crear?
Aunque crear es un verbo que, en lo particular, no utiliza para designar lo que hace.
No me considero un creador porque lo que hago es sólo transformar lo que existe y recreo con el pelo lo que mi imaginación me dicta, dijo en una entrevista publicada en MODAlité.
¿Tiene algun ritual para inspirarse?
Sí. En el primer paso, necesito imágenes, ideas. Soy fan de Dalí y de Magritte. La segunda etapa la dedico a trabajar la forma, la textura y el color. El tercer paso es la reflexión técnica. Es tiempo dedicado a la realización, a la manera en cómo voy a concretar lo imaginado y sentido en los dos pasos anteriores. Más allá de esto, hay algo que siempre tuve claro: cada peinado cuenta una historia.
¿Cómo es ser peluquero sin salón?
Me da más libertad. Al precio de no contar con una recaudación asegurada en el día a día tengo la emoción de vivir momentos de intercambios increíbles con mis pares.
La técnica ¿disciplina o limita al artista?
No. Todo lo contrario. La técnica es el andamiaje de la invención del artista. Y no sólo en la peluquería.La técnica debe ser como las vigas de un edificio, no se ven pero lo sostienen.
¿La formación profesional tiene que tender al ser artista o al ser comercial?
No importa mucho eso. Cuando hablamos de técnica, hablamos de una base que nos debe ser común a todos: al peluquero de salón y al que se dedica a hacer colecciones.
¿Qué siente cuando compite?
No es inseguridad pero sí necesito siempre superarme a mi mismo. Necesito demostrarme siempre que puedo sobrepasar una y otra vez mis límites. Para explicar mejor lo que siento, voy a tomar el ejemplo de un alpinista, sube en la cumbre del Mont Blanc y una vez llegado, solo, grita de alegría porque lo ha conseguido, pero nadie lo puede escuchar… salvo él mismo.
Entrevista completa en MODAlité #185

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